Los olores nos rodean constantemente.
Podemos tapar los otros canales sensoriales pero no podemos dejar de respirar.
Los diferentes olores actúan provocando efectos profundos en nuestro comportamiento, estado de ánimo y funcionamiento del cuerpo.
Durante nuestro ciclo vital va cambiando el grado con que usamos el sentido del olfato:
Los aromas tienen el poder directo de desencadenar recuerdos, no sólo imágenes de los acontecimientos pasados sino también las emociones que se sintieron en esos momentos.
Algunos autores piensan que si una persona aumenta su conciencia de los olores suele ser un indicio de que mejora su bienestar psicológico.